martes, 23 de septiembre de 2025

Primera Comunión - Pablo Picasso

"Primera Comunión" fue la primera obra de gran formato de Picasso. El lienzo fue pintado en el taller de José Garnelo Alda, donde Picasso completaba su formación siguiendo los consejos de su padre. Garnelo, amigo de José Ruiz y hermano de un compañero de estudios de Picasso en La Llotja, era profesor de arte especializado en temas religiosos y moralizantes, por lo que Picasso disponía de diversos objetos litúrgicos para basar su composición.

Con toda probabilidad, José Garnelo y el padre de Picasso eligieron el motivo de este óleo que se presentaría en la Exposición de Bellas Artes y Oficios de Barcelona en 1896, ya que este tipo de temas solían ser reconocidos con los premios que José Ruiz esperaba que su hijo ganara en los salones oficiales. 

Además, Garnelo conocía muy bien el tema, pues tres años antes había pintado una escena similar de una joven, retratada de frente y vestida para la ocasión. La pintura, equilibrada como corresponde a los estándares académicos, presenta un grupo de figuras compuesto por la niña vestida para la ceremonia, arrodillada ante un misal en un reclinatorio (en quien reconocemos a Lola, hermana del artista), el personaje masculino que ejerce de padrino (identificado como el doctor Vilches, amigo del padre de Picasso) y la madrina (esposa de este último, según Palau i Fabre). 

Las tres figuras aparecen de perfil en tres planos diferentes, lo que aporta profundidad a la composición, que se ve compensada por la figura del monaguillo (el hijo de la pareja).

La ​​fuente de luz de la escena se sitúa fuera del plano pictórico y revela el dominio técnico de Picasso, sorprendente para su edad, que también se evidencia en la translucidez del velo de la niña, la sobrepelliz del monaguillo y el mantel del altar, a pesar de su convencionalismo. 

El colorido de la pintura también es característico de la época y encaja con la temática religiosa: tonos rojos en las paredes y el reclinatorio, que contrastan con el blanco brillante del vestido de la niña. Los discretos motivos de la alfombra y el mantel a rayas, junto con los alegres colores de las flores del altar, realzan el colorido del conjunto.

Dos estudios para la Primera Comunión, en un cuaderno de bocetos de la colección del museo, muestran la figura de Lola arrodillada ante el reclinatorio leyendo el misal. También se conservan otros bocetos y representaciones del monaguillo.

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