La pintura "El Cedro Solitario" de 1907, creada por el artista húngaro Tivadar Csontváry Kosztka, nos transporta a un escenario de soledad y majestuosa naturaleza. Esta obra, una de sus más celebradas, encapsula la visión personal y única del pintor sobre la relación entre el ser humano y el entorno natural, aunque en este caso, la figura humana está ausente, sustituyéndose por la presencia dominante de un solitario cedro.