Según Vasari, Ghirlandaio, que se había iniciado en las artes como orfebre, «con la costumbre de dibujar continuamente, adquirió gran agilidad, destreza y soltura, que muchos dicen que mientras que era lento como joyero, al retratar a los campesinos o a cualquier persona que pasara por el taller, les sacaba inmediatamente el parecido». Y el crítico italiano remata su comentario al decir que «así lo prueban, en efecto, innumerables retratos suyos donde se advierte una extraordinaria fidelidad». Ésta no es la única referencia que Vasari hace en su texto a la habilidad de Ghirlandaio en este género pictórico.