El Retrato de Enrique VIII es una pintura perdida de Hans Holbein el Joven que retrataba a Enrique VIII de Inglaterra. Fue destruida por el fuego en 1698, pero es todavía bien conocida a través de diversas copias. Es una de las imágenes más icónicas de Enrique, y uno de los retratos más famosos de cualquier monarca británico. Fue originalmente creada en 1536–1537 como parte de un mural que mostraba a la dinastía Tudor en el Palacio de Whitehall, Londres.